miércoles, 3 de agosto de 2016

Perimetral Benissa 2014

Publicado en Facebook el 30 de Marzo de 2014


Yo Robot: crónica de la Perimetral a Benissa 2014. (Tochazo total ojo....pero es que cuando empiezo a escribir me emociono)

El despertador tenía que sonar a las 02'45 de la mañana, pero a las 02'30 yo ya estoy despierto y opto por levantarme. Pese a que el día anterior estaba nervioso cómo un flan, hoy me despierto tranquilo, relajado, sin ningún tipo de estres. Cuando uno se levanta a las 02'30 tiene inmediatamente una duda: "¿a estas horas me tomo un café y desayuno o me tomo un cubata y sigo de fiesta?"....cómo un cubata no me iba a sentar demasiado bien de cara a los 64 kms de recorrido, y a los 3000 metros y pico de desnivel positivo acumulado por las montañas de Benissa que me esperan, opto por hacerme un café y un par de donuts.

Recojo a Rafa Montero y los dos nos vamos rumbo a Benissa. La verdad es que conforme me iba acercando me ponía más y más nervioso (no es para menos ya que la Perimetral tiene fama de dura....y después de hacerla digo que merecida fama), y a las 04'45 ya estamos en Benissa. Al ratito se une a nosotros Jose Manuel y su pareja, que habían hecho noche en Calpe. Risas, chistes, vuelta tonta coche-meta-salida-coche, y a la que nos descuidamos estamos ya entrando al control de dorsales al grito de "chubasquero a la vista". Amenizado el evento por una banda de rock en vivo, empieza a sonar el que ya es himno oficial de cualquier carrera de montaña que se precie ("Highway to Hell" de los ACDC), encendemos frontales y esperamos el carcasazo que nos indica que empieza la fiesta. Son las 6 de la mañana, y salgo con mis dos acompañantes, vamos contando paridas en la oscuridad, dejamos atrás Benissa y a la que nos descuidamos ya hemos pasado por el cartel de "5 kms" y solo llevamos 32 minutos....¡¡¡guauuuu!!! yo alucino porque pensaba que llevaríamos solo dos o tres kilómetros. Seguimos y dos kilómetros después pasa lo inevitable: la primera cuesta deja bien claro que ellos están en un nivel muy superior al mio y que tal y cómo le dije a Rafa, yo no puedo ir con ellos. No pasa nada, aún no he encontrado a nadie con quien hacer una carrera juntos (todos los corredores que conozco o corren mucho más, o corren menos que yo) y estoy muy acostumbrado a la soledad montañil. La despedida no es triste: no hay besos, no hay abrazos, no hay adioses....se van y punto...cómo se va el sol y llegan las estrellas.....sin rencor...bueno, igual Jose Manuel si que se lleva algo de rencor porque minutos antes le había pegado un bastonazo en los mismos huevos sin querer....que sí, que fue sin querer, que luego la gente piensa cosas raras...

Y ya estoy solo, yo y mis circunstancias, ante mí 57 kilómetros de dura montaña. Voy bajando por un sendero situado en mitad de una loma, a mi alrededor nubes....de pronto se aclara y veo a mi izquierda el mar y a mi derecha las montañas; "por estas cosas es por las que corro en montaña", pienso mientras me quedo literalmente alucinado por el paisaje...y de pronto, en el km 10, tengo la sensación de que van a aparecer calambres en mis piernas....no es que los tenga, es difícil de explicar, es que siento que los voy a tener y que todo me va a ir fatal...aún tengo presente lo que me pasó en Chiva y la idea me aterroriza porque no me veo capaz de repetir semejante tormento. Entonces hago algo nuevo, un ejercicio mental....me digo que no estoy haciendo una carrera, pienso que he salido a pasear por la montaña....y de pronto todas las malas sensaciones se van...hago un chequeo mental y veo que todo está en perfecto estado....puta cabeza, lo importante que llega a ser en estas cosas...

Para hacer estas cosas lo más importante no son las piernas cómo la gente cree, lo más importante es el corazón y la cabeza. Un corazón que te haga sentir, soñar, ilusionarte, que saque rabia cuando te estás hundiendo, que saque energia cuando crees que vas a parar; y una cabeza que aguante kilómetro tras kilómetro, que te permita dosificarte, decir "soooo" cuando tus piernas dicen "arre"....sí, necesitas cierta forma física, pero estas carreras tan largas y duras solo pueden acabarse si coco y alma funcionan. No obstante decido "robotizarme" para quitar faena a mi cabeza y me pongo una disciplina para no tener dudas: cuesta abajo o en llano a correr, a la mínima cuesta a andar, y cada hora una pastilla con electrolitos para evitar los calambres, todo mecánico, todo robotizado, cómo si fuera una máquina de la que espero sacar un buen rendimiento....y bueno, ponemos la intensidad de las piernas a un 50-60% para no fundirlas....espero que eso me lleve a meta con garantias.

Van pasando los kilómetros y me noto fresco de piernas....subo relativamente bien aunque todos me pasan (algo que no me importa porque luego los cazo bajando) y en cuanto se acaba la cuesta puedo correr con soltura notando las piernas muy ligeras. Observo dos cosas: la primera es que el paisaje es impresionante, dejando atrás y muy abajo Calpe y el Peñón, y al fondo el mar; al otro lado altas montañas rodeadas de nubes. La zona por la que corremos varia según cojamos orientanción norte o sur: igual empiezo a sudar cómo un pollo que me congelo. La segunda es el ambientazo y lo bien que se lo han currado los de la organización: vayas donde vayas, pases por donde pases, siempre hay alguien animándote y esperándote. Es increíble, en serio, lugares muy altos rodeados de niebla, con un viento y un frío polar y allí estaban dejándose la garganta y sus palmas para darte ánimos. Podría escribir "gracias" mil veces y me quedaría corto. Descubro también que la fama de dura viene por algo: es muy muy dura, con desniveles increíbles, muy técnicos, donde a menudo tienes que usar las manos para avanzar, y en un terreno lleno de piedras que cortan cómo cuchillos.

Tras una durísima subida veo el principal obstáculo: el Bernia. Se presenta ante nosotros imponente, rodeado de nubes, me recuerda al Pirineo más salvaje. Mientras como y bebo algo en el avituallamiento que hay a sus pies, me entero de que no vamos a pasar por el tramo de la cresta (adiós a la "escalada"). Me da un poco de rabia porque ese tramo es el que más ves en fotos y tal, pero el fuerte viento y esas nubes que rodean al pico han dejado todas las rocas muy húmedas y resbaladizas: pasar por arriba puede suponer un grave accidente. Bueno, me cabreo y a la vez agradezco el que se preocupen por nosotros. La cosa es que seguimos subiendo y cuando llegamos a lo más alto, cuando ya parece que no hay por donde seguir, nos meten por una cueva estrechita por la que tengo que reptar en plan cangrejo. Mi hernia discal, un poco hasta los huevos de mí (es que antes habíamos pasado por dos túneles de esos que hay bajo los puentes para que pase el agua) me dice "¿pero tú de qué vas chaval?" pero yo ni caso....pues la cueva esta del cangrejo te lleva de un lado al otro del Bernia, y de pasar de una zona llena de niebla, viento y mucho frío, pasamos a la luz y al calor abrasador....alucinante. Estamos en el km 30 y pico, en lo más alto de la carrera, ante mí una inmensa pedrera...llega el momento de otro chequeo: piernas al 85%, coco al 100%, corazón al 200%...¡¡¡pues a correr!!!....

Bajo de cine, piernas ligeras, adelantando a gente...los kms van cayendo, paso el 40, paso el que indica el maratón (en 7h 10 creo) y cómo digo, me encuentro bien físicamente. Pero al ir solo se me van acabando los temas en los que pensar y decido ponerme música...dos canciones después la apago: prefiero escuchar los pajaritos, los gritos de la gente que esporádicamente aparece y te anima, y el sonido del viento. Paso por una zona de monte bajo que me resulta un poco aburrida.....y llego al 50, situado más o menos en Senija. Es la 1 y pico o las 2 de la tarde y el avituallamiento está en mitad de una calle. Paro, como algo y de repente me pega un bajón terrible. No sé, quizás el ver a la gente comiendo en las terracitas, quizás la acumulación de kms, quizás el verme solo mientras otros corredores llegan en grupo, la cosa es que me hundo y pienso "¿qué coño estás haciendo aquí?". Dado que estos sentimientos negativos me están invadiendo, paso a modo robot y troto mientras salgo del pueblo y empiezo a andar en otro cuestón....veo que me encuentro perfecto de físico, y en unos minutos se han ido todas las malas vibraciones....me han dicho que hasta meta me esperan tres grandes subidas, y esta es la número uno.

Poco a poco voy avanzando y todo sigue OK, paso el cuestón 2, paso el cuestón 3, y de pronto llego al último avituallamiento, donde nos dicen que quedan 6 kms. Llevo 10 horas poco (esperaba tardar al menos 12 horas en acabarla) y pese a que nos dicen que es difícil que bajemos de 11, yo trato de demostrarles que no tienen razón.....y en cuanto veo el cartel indicador del km 60, paso a modo "manual", dejo que mi corazón tome el control de la máquina, y pongo mis piernas al 90% para correr a toda hostia hasta meta. Al fondo veo Benissa y su iglesia, es justo en la plaza de esa iglesia donde está la meta, tengo un objetivo claro y lo puedo ver, por lo que tras una pequeña cuesta en la que ando junto a un grupito, me pongo a correr....los del grupo me dicen "tramposo, no corras" pero yo me noto con fuerzas y decido arriesgar....me voy acercando a Benissa, paso por una zona que me recuerda a ese camino por el que andaba el de "Gladiator"....acelero, corro incluso en las cuestas aunque por aquí ya no hay muchas, Benissa está muy cerca ya...la gente me aplaude mucho y me dicen que ya era hora de ver a alguien corriendo (lógicamente, a esas alturas de la carrera la mayoria de gente ya se ha quedado sin fuerzas, sobre todo si han ido demasiado rápidos los primeros kms, y van andando)...coño, que te digan eso pues te anima mucho, y yo me doy cuenta de que puedo correr muy rápido sin ningún problema....ando una última cuesta justo a la entrada del pueblo (es que está empinada de cojones), subo unas escaleras, paso debajo de un arco, giro a la derecha y empiezo a correr a toda leche por una calle que baja ligeramente....hay una familia comiendo en una mesa en la puerta de su casa, me ven y me empiezan a aplaudir y a animar, sigo muy rápido, giro a la izquierda y bajo corriendo por otras escaleras, nuevo giro a la izquierda...ya estoy en la calle de meta...acelero aún más, la gente está esperando a ambos lados de esa estrecha calle y casi no tengo sitio para pasar, todos me aplauden, yo cada vez más rápido...paso por un arco azul y pregunto si eso es la meta y me dicen que no, que más adelante, acelero, voy a toda velocidad, no llevo gps pero estoy seguro que voy por debajo de 4, la gente se aparta a mi paso y gritan y aplauden....ya veo la meta, esa meta que había visto en fotos y que habia soñado cruzar, voy a tope, emocionado, con un nudo en la garganta, casi con lágrimas en los ojos, oigo a Rafa gritar "Pele!!!", oigo mi nombre por la megafonia, y de pronto cruzo la meta y paro el crono en 10h 50m............bueno, igual suena extraño, pero esos dos últimos minutos de carrera desde que subi la escalera, borran los otros 648 anteriores, esa felicidad total, esa energia que te permite volar cuando deberías de estar agotado tras casi 11 horas corriendo es algo indescriptible, es algo que te pega tal subidón que siempre te deja con ganas de más. Sí, he llegado a meta, y he llegado en perfecto estado, cansado pero feliz, completamente feliz. Me reuno con mis compañeros (que habian llegado en 9h 30m) y todo vuelve poco a poco a la calma.

Y poco más...bueno, podría contar más cosas pero no quiero extenderme. Me quedo con eso último que comento, esos dos últimos minutos, el preciso momento en el que sabes que ya nada puede pararte y que lo has conseguido. Y a la vez, en el terrible vacio que te deja el haber conseguido tu objetivo, un vacio que solo puedes llenar con otro reto.

Y aquí lo dejo, me quedo esperando ya mi siguiente ración, mis próximos dos minutos de felicidad absoluta....

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